miércoles, 14 de agosto de 2019

LOS PARAÍSOS ARTIFICIALES


LOS PARAÍSOS ARTIFICIALES 

(El hombre ha querido crear el paraíso por medio de la farmacia y de las bebidas fermentadas)

Edgardo Malaspina                                                                               
1
Los paraísos artificiales (1858-1860) del poeta francés Charles Baudelaire  (1821-1867) es un libro sobre las sensaciones producidas por el  hachís, el opio y el vino. El consumo de estas sustancias lo hizo para investigar su efecto sobre “la creatividad poética y la invención de imágenes inéditas”. Así las cosas, la obra tiene importancia para la medicina, la farmacología, la literatura y la filosofía.
2
Luego de su experiencia Baudelaire llega a la conclusión de que el consumo de drogas es dañino para la salud, mientras que exalta como positiva la acción del vino. Estamos hablando de una época cuando no existían investigaciones sobre el tema.
“El hachís es para los miserables y los ociosos, el vino es para el pueblo que trabaja y merece beberlo”.
3
El hachís conduce al encierro dentro de sí mismo, mientras que el vino es un agente de solidaridad social, de comunicación emotiva y posee la facultad de aumentar  desmesuradamente la personalidad del ser pensante.
Nuestro Ángel Ávila lo dirá con otras palabras en uno de sus pasajes: “El aguardiente da brío, un valor incalculable”.
4
El vino exalta la voluntad, el hachís la aniquila.
Tratemos al vino como a nuestro igual.
5
Si el vino desapareciera de la producción humana, creo que en la salud y en el intelecto del planeta se abriría un vacío, una ausencia, una carencia  mucho más espantosos que todos los excesos y desviaciones de los que se hace responsable al vino.
6
Aquellos hombres que nunca beben vino son unos imbéciles o unos hipócritas. Imbéciles porque no conocen ni la humanidad ni la naturaleza. Hipócritas porque son fanfarrones de la sobriedad que beben a escondidas o guardan algún vino oculto.
7
El hombre que sólo bebe agua oculta un secreto a sus semejantes.
8
Nada iguala la alegría del hombre que bebe vino, excepto la alegría que siente el vino de ser bebido.
9
Con el hachís toda alegría y todo bienestar son superabundantes; todo dolor y toda angustia son inmensamente profundos.
10
Las etapas cuando se consume hachís son las siguientes: hilaridad absurda e irresistible, alegría. Luego sobreviene una sensación de frescor en las extremidades y una gran debilidad, manos de barro, pesadez en la cabeza y una estupefacción general. Finalmente viene una embriaguez vertiginosa seguida de una desazón, algo indescriptible: la felicidad absoluta: todos los problemas filosóficos están resueltos. Todas las cuestiones arduas con las que luchan los teólogos y que desesperan a la humanidad razonante  son ahora límpidas y claras. Toda contradicción se ha convertido en unidad. El hombre recibe un ascenso y se hace dios.
11
Eres superior a todos los hombres, nadie comprende lo que piensas, lo que sientes  ahora. Son incapaces de comprender el inmenso amor que experimentas por ellos. Una inmensidad de felicidad y de virtud se abre ante ti. Nadie sabrá jamás a qué grado de inteligencia y virtud has llegado.
El hachís invoca magnificencias de luz, esplendores gloriosos, cascadas de oro líquido.
Luego viene el castigo: debilidad, timidez, te crees un objeto frágil. Sois incapaces de todo trabajo, de toda energía  en la acción. Habéis arrojado vuestra personalidad a los cuatro vientos del cielo, y ahora os cuesta reunirla de nuevo y concentrarla.
¡Es la voluntad la que es atacada por el hachís, y la voluntad es el órgano más precioso!
12
Todo conduce  la recompensa o al castigo, que son dos formas de la eternidad.
13
El hombre ha querido crear el paraíso por medio de la farmacia y de las bebidas fermentadas.
14
El hachís provoca efectos misteriosos y goces mórbidos. Su uso prolongado trae castigos inevitables. Su persecución es inmoral y un falso ideal. De hachís procede el nombre  de hachachín o asesino.
15
El hombre ha querido soñar, y el sueño gobernará al hombre.
16
La mayor vergüenza y el sufrimiento más vivo es la abdicación de la voluntad. (Balzac).
17
El que echa mano de un veneno para pensar, muy pronto no podrá pensar sin veneno.
19
El hombre no se halla tan privado de medios honestos para ganarse el cielo, para que se vea obligado a recurrir a la farmacia y la hechicería.
20
Los poetas y filósofos han creado un jardín de verdadera belleza gracias al ejercicio asiduo de la voluntad y la nobleza permanente de la intención.
21
El opio aporta un bálsamo calmante para las heridas que nunca cicatrizarán y las angustias del espíritu.
22
El opio es el gran secreto de la felicidad sobre el que los filósofos habían discutido durante tantos siglos.
23
El vino enturbia las facultades mentales, mientras que el opio introduce en ellas el orden supremo y la armonía.
24
El pobre es mucho más filósofo que el rico, porque muestra una resignación más pronta y más alegre a lo que considera un mal irremediable.
25
¡Oh, justo, sutil y poderoso opio! Tú posees  las llaves del paraíso.
26
Midas cambia en oro todo lo que toca. El consumidor de opio transforma en realidad todos sus sueños.
27
Soñar es una facultad divina y misteriosa, porque con el sueño se comunica el hombre con el mundo tenebroso que lo rodea.
28
El peligro de la muerte ilumina el  cerebro del teatro de la vida pasada.