¿ES
USTED SINESTÉSICO?
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
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Desde
mi más tierna infancia percibo que los días tienen diferentes colores y
tamaños. Por mucho tiempo pensé que era algo no muy normal; sin embargo, luego
supe que se trata de una condición denominada sinestesia, especie de variación
inocua de la percepción, la cual se encuentra en una de cada cien personas.
Aunque otros afirman que la proporción es menor: un caso por cada dos mil
individuos.
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La
sinestesia, como concepto de la biología, es la captación de una misma
sensación a través de distintos sentidos. Etimológicamente la palabra proviene
del griego y se compone de los vocablos (sin-), que significa “junto”, y
(aísthesis), que quiere decir sensación. Pero desde el punto de vista de la literatura
es una figura retórica en la cual se le atribuye a un objeto, carente de los cinco
sentidos, una sensación: “días amargos”, “minutos dolorosos”, etc.
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Una
persona sinestésica puede oír colores, ver sonidos y percibir sensaciones
gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. No es una asociación
del objeto con uno de los sentidos, es que la persona lo percibe así, su
cerebro actúa de esa manera.
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La
sinestesia se establece desde el desarrollo de embrión, cuando pueden cruzarse
nervios y centros cerebrales que procesan la información de las sensaciones.
5
La
sinestesia está asociado al cromosoma X, por eso puede haber en una familia
varios miembros sinestésicos: todo viene a través de la madre
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Algunas
formas de sinestesia: el año tiene forma elíptica, en cuya órbita se ubican los
meses. Los días tienen colores y tamaños diferentes, algunos números, meses,
personas, canciones, sabores, palabras, lugares y emociones también tienen
colores.
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Una
sensación del gusto puede evocar tiempos y sitios remotos. Eso se denomina “fenómeno
de la magdalena de Proust”, llamado así por el famoso novelista francés (1871-1922),
autor de “En busca del tiempo perdido”.
Uno
de los personajes de la primera de las siete novelas de Proust, “Por el camino
de Swan”, está triste y moja una magdalena o galleta en té, e inmediatamente se
traslada mentalmente a Combray, un pueblito de Francia donde pasaba sus
vacaciones en su infancia. Después de Proust, muchos escritores, científicos y alguna
gente común tuvo en cuenta el fenómeno de la asociación de ciertas manifestaciones
de los sentidos con el pasado. Los primeros para usarlo en sus descripciones y
jugar con los flujos de la conciencia, los segundo para investigar cómo y por
qué de la aparición de esas asociaciones en el cerebro; y los últimos porque entendieron
que esas cosas también pasaban con ellos y supieron que de alguna manera eran
sinestésicos.
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¿Es
usted sinestésico?
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